TEMA: SÍNTESIS
INTRUCCIONES:
1.- Lee con atención la lectura de "Síntesis literaria" para posteriormente realizar un mapa conceptual.
2.- Lee la lectura titulada "texto original" para realizar una síntesis tomando en cuenta la lectura anterior.
3.- Toma fotografía de tus evidencias y envíalas al Messenger personal de la profesora Dulce.
4.- Tu trabajo lo debes presentar sin faltas de ortografía, con lapicero y con letra legible.
5.- Fecha de entrega: viernes 22 de octubre.
SÍNTESIS LITERARIA
Una síntesis es la composición de algo a partir del análisis de todos sus elementos. Se trata de la versión abreviada de cierto texto que una persona realiza a fin de extraer la información o los contenidos más importantes. El lector puede expresar con sus propias palabras y estilo la idea principal del autor, cambiando el orden según sus intereses, utilizando analogías, trabajo de investigación, ampliación y confrontación con base en los objetivos. Se basa en las ideas centrales de un texto, sin embargo, la construcción de una de ellas no resulta una tarea sencilla. Es importante que la síntesis de un texto, a pesar de ser obra de una persona diferente, sea un texto más pequeño que muestre la intención original que el autor del texto madre quiso reflejar, por lo tanto, es importante evitar incluir ideas nuevas o percepciones propias acerca de lo que se está queriendo sintetizar. Para la realización de una buena síntesis lo recomendado:
1. Realizar una lectura completa del texto, y luego, una segunda lectura en la que se subrayan las ideas centrales.
2. Durante el proceso de la relectura es de gran ayuda notar la estructura del texto, el que debiera contener una introducción, un desarrollo y una conclusión.
3. De este modo, resultará más fácil organizar las ideas extraídas y redactar un nuevo texto sin modificar la intención del autor original.
4. Al realizar una síntesis es importante y/0 relevante el saber que no debes crear un resumen de lo contrario ya no sería una síntesis. Diferencia entre resumen y síntesis Resumen: es una reducción de un texto original o de partida, reducido normalmente al 25% del total del documento (aunque puede ser más reducido), en el cual se expresan las ideas del autor, siguiendo una serie de pasos para su desarrollo.
Se hace a partir de las ideas principales del autor, las cuales deben ser absolutamente precisas y sin modificaciones, sin opiniones ni acotaciones de quien lo está realizando.
En el resumen, suelen transcribirse literalmente las palabras que engloban las ideas principales a fin de no modificar el sentido original del texto.
Síntesis: Se refiere a la composición propia de un conjunto de ideas, a partir de sus elementos separados en un previo proceso de análisis.
Se realiza con palabras propias de quien la elabora, ni tampoco se debe cambiar el concepto que los autores quisieron o quieren transmitir. En ella se puede ampliar las ideas y organizarlas debidamente como le convenga a la persona que lo realiza. En conclusión, el "resumen" refleja en forma reducida y directa las ideas principales del texto original, y la "síntesis" es la composición personal y con propias palabras, de las ideas o conceptos de textos u autores, previo análisis de sus tratados.
Una síntesis es la composición de algo a partir del análisis de todos sus elementos. Se trata de la versión abreviada de cierto texto que una persona realiza a fin de extraer la información o los contenidos más importantes. El lector puede expresar con sus propias palabras y estilo la idea principal del autor, cambiando el orden según sus intereses, utilizando analogías, trabajo de investigación, ampliación y confrontación con base en los objetivos. Se basa en las ideas centrales de un texto, sin embargo, la construcción de una de ellas no resulta una tarea sencilla. Es importante que la síntesis de un texto, a pesar de ser obra de una persona diferente, sea un texto más pequeño que muestre la intención original que el autor del texto madre quiso reflejar, por lo tanto, es importante evitar incluir ideas nuevas o percepciones propias acerca de lo que se está queriendo sintetizar. Para la realización de una buena síntesis lo recomendado:
1. Realizar una lectura completa del texto, y luego, una segunda lectura en la que se subrayan las ideas centrales.
2. Durante el proceso de la relectura es de gran ayuda notar la estructura del texto, el que debiera contener una introducción, un desarrollo y una conclusión.
3. De este modo, resultará más fácil organizar las ideas extraídas y redactar un nuevo texto sin modificar la intención del autor original.
4. Al realizar una síntesis es importante y/0 relevante el saber que no debes crear un resumen de lo contrario ya no sería una síntesis. Diferencia entre resumen y síntesis Resumen: es una reducción de un texto original o de partida, reducido normalmente al 25% del total del documento (aunque puede ser más reducido), en el cual se expresan las ideas del autor, siguiendo una serie de pasos para su desarrollo.
Se hace a partir de las ideas principales del autor, las cuales deben ser absolutamente precisas y sin modificaciones, sin opiniones ni acotaciones de quien lo está realizando.
En el resumen, suelen transcribirse literalmente las palabras que engloban las ideas principales a fin de no modificar el sentido original del texto.
Síntesis: Se refiere a la composición propia de un conjunto de ideas, a partir de sus elementos separados en un previo proceso de análisis.
Se realiza con palabras propias de quien la elabora, ni tampoco se debe cambiar el concepto que los autores quisieron o quieren transmitir. En ella se puede ampliar las ideas y organizarlas debidamente como le convenga a la persona que lo realiza. En conclusión, el "resumen" refleja en forma reducida y directa las ideas principales del texto original, y la "síntesis" es la composición personal y con propias palabras, de las ideas o conceptos de textos u autores, previo análisis de sus tratados.
Texto original
Tenemos muchos motivos valiosos por los cuales trabajar: trabajamos para ganar el sustento diario, para poder contribuir al desarrollo de nuestra familia, para aumentar nuestras capacidades… Sin embargo, parece que estas razones no son suficientes para evitar considerar que el trabajo "es un enemigo". Basta mirar como anhelamos los fines de semana y los días feriados, es decir, la primera oportunidad para no trabajar o para hacerlo con el mínimo esfuerzo. En el extremo opuesto, se encuentran los adictos al trabajo: aquellos para los que no hay otra cosa que trabajar y que han renunciado a su familia y amigos por su obsesión. Pero para vivir el trabajo verdaderamente, sin eliminar nada y sin renegar de nada, es preciso reconocer en lo cotidiano el significado profundo de nuestra acción o, dicho de otra manera, es preciso tener las razones que nos hacen descubrir el gusto por lo que hacemos.
AQUÍ PARA Y ESPERA LAS INDICACIONES DE TU PROFESORA
Tenemos muchos motivos valiosos por los cuales trabajar: trabajamos para ganar el sustento diario, para poder contribuir al desarrollo de nuestra familia, para aumentar nuestras capacidades… Sin embargo, parece que estas razones no son suficientes para evitar considerar que el trabajo "es un enemigo". Basta mirar como anhelamos los fines de semana y los días feriados, es decir, la primera oportunidad para no trabajar o para hacerlo con el mínimo esfuerzo. En el extremo opuesto, se encuentran los adictos al trabajo: aquellos para los que no hay otra cosa que trabajar y que han renunciado a su familia y amigos por su obsesión. Pero para vivir el trabajo verdaderamente, sin eliminar nada y sin renegar de nada, es preciso reconocer en lo cotidiano el significado profundo de nuestra acción o, dicho de otra manera, es preciso tener las razones que nos hacen descubrir el gusto por lo que hacemos.
AQUÍ PARA Y ESPERA LAS INDICACIONES DE TU PROFESORA
TEMA: REFRANES
INSTRUCCIONES:
1.- Explica en un texto a que se refiere el refrán: “camarón que se duerme se lo lleva la corriente”.
2.- Juega con tu familia a “Caras y gestos” utilizando refranes, piropos y dichos.
Escribe 2 refranes que tengan relación a su vida, 5 piropos que hayan utilizado o hayan escuchado, 4 dichos populares
Comenten cual es el uso que tiene este tipo de expresiones.
3.- Escucha y lee las siguientes canciones:
4.- Toma fotografía de todos tus productos, colócalos en una presentación y envíalos al correo: [email protected]
Fecha de entrega lunes 11 de enero.
1.- Explica en un texto a que se refiere el refrán: “camarón que se duerme se lo lleva la corriente”.
2.- Juega con tu familia a “Caras y gestos” utilizando refranes, piropos y dichos.
Escribe 2 refranes que tengan relación a su vida, 5 piropos que hayan utilizado o hayan escuchado, 4 dichos populares
Comenten cual es el uso que tiene este tipo de expresiones.
3.- Escucha y lee las siguientes canciones:
- De ti exclusivo (La arrolladora banda limón).
- Vámonos de viaje (banda los chinos).
4.- Toma fotografía de todos tus productos, colócalos en una presentación y envíalos al correo: [email protected]
Fecha de entrega lunes 11 de enero.
TEMA: FIGURAS RETÓRICAS O LITERARIAS
INSTRUCCIONES:
1.- Lee los poemas siguientes:
Al finalizar la lectura contesta en tu cuaderno las siguientes preguntas:
¿Tuviste las mismas sensaciones en ambos textos?, ¿Qué sensaciones te produjo cada uno de ellos?
¿Qué semejanzas y diferencias encuentras entre el texto?: Según lo leído en el texto ______________: ¿Podemos realizar diversas interpretaciones? Sí, no, ¿por qué?
1.- Lee los poemas siguientes:
Al finalizar la lectura contesta en tu cuaderno las siguientes preguntas:
¿Tuviste las mismas sensaciones en ambos textos?, ¿Qué sensaciones te produjo cada uno de ellos?
¿Qué semejanzas y diferencias encuentras entre el texto?: Según lo leído en el texto ______________: ¿Podemos realizar diversas interpretaciones? Sí, no, ¿por qué?
2.- Indaga en fuentes confiables la definición, características y clasificación de las figuras retóricas o literarias y realice un mapa mental con la información obtenida.
3.- Retoma nuevamente los poemas leídos anteriormente y completa en tu cuaderno el siguiente cuadro.
Límite de fecha de entrega: viernes 11 de enero.
3.- Retoma nuevamente los poemas leídos anteriormente y completa en tu cuaderno el siguiente cuadro.
Límite de fecha de entrega: viernes 11 de enero.
TEMA: CALAVERITA LITERARIA
Estamos próximos a celebrar el día de Muertos, una de nuestras tradiciones más arraigadas y fascinantes de México, así también reconocida en todo el mundo. Por tal motivo realizarás una calaverita literaria, tomando en cuenta lo siguiente:
- Debe ser en un documento de drive o de Word.
- Serán 5 estrofas de 4 versos, con interlineado de 1.5
- Título llamativo.
- Dedicada a algún personaje de tu elección (sé creativo)
- Puedes agregar una caricatura.
TEMA: PARÁFRASIS
Instrucciones: lee la siguiente información y realiza un mapa conceptual.
Lee los siguientes ejemplos de paráfrasis y contesta en tu libreta lo que se pide.
Lee con atención el siguiente ejemplo, copia el ejercicio en tu libreta y contéstalo.
Realiza los siguientes ejercicios de paráfrasis: forma mecánica y constructiva.
Toma fotografía de tus evidencias, colócalas en una presentación y envíalas al correo [email protected]
Fecha de entrega: martes 10 de noviembre.
Fecha de entrega: martes 10 de noviembre.
TEMA: CITA TEXTUAL Y DE PARAFRASEO
Lee la siguiente información y realiza un cuadro de doble entrada.
3.- Lee el siguiente texto original y realiza una cita de parafraseo con leído.
Contesta correctamente la actividad interactiva.
Envía tus evidencias en una presentación al correo personal de la maestra.
Fecha de entrega: lunes 23 de noviembre.
Fecha de entrega: lunes 23 de noviembre.
TEMA: FORMULARIO SOBRE PARAFRASEO
INSTRUCCIONES:
1.- Ingresa a la liga y contesta el formulario, solo tienes un intento. ¡Éxito!
Fecha límite de entrega: jueves 3 de diciembre.
INSTRUCCIONES:
1.- Ingresa a la liga y contesta el formulario, solo tienes un intento. ¡Éxito!
Fecha límite de entrega: jueves 3 de diciembre.
TEMA: SÍNTESIS
Lee la siguiente información y realiza un mapa conceptual.
2.- Realiza la síntesis de la siguiente lectura.
El tesoro de Fermín Minar, de Dimas Mas
ENTRADA VIGÉSIMA
Sinceridad. f. Medicina amarga revestida con la más cruel de las cortesías.// s. No dejar nada por decir.
Querido Fermín:
¿Cómo estás? ¿Te has recuperado ya? Acabo de recibir una carta urgente de Mar en la que me cuenta lo que te ha pasado. ¡Menudo susto me he llevado, niño! Y además que tu hermana me lo ha contado de un modo que ya ya...; parecía que se recreaba en eso de describirte caído, con el cuello torcido, los ojos cerrados, ...¡a lo mejor para meterme el susto en el cuerpo! Y lo ha conseguido, ¡vaya que sí!, porque he ido saltando línea tras línea hasta encontrar donde pusiera que te encontrabas bien.
Ya con esa tranquilidad, volví a leer su carta para enterarme bien de lo que te había pasado. ¡No te puedes ni imaginar, aunque ya supiera que no había sido nada grave, la angustia con que he ido leyendo lo de tu caída y lo de todas esas horas que has estado sin conocimiento! ¿De verdad que ya estás bien? ¿Y cómo es que tú no has querido decirme nada? (…)
Lo que también me decía Mar, que el mismo día que te despertaste quisiste regresar a la ciudad con tu padre, me ha dejado muy preocupada: ¿de verdad de verdad que ya estás bien? Mira, niño, que los golpes en la cabeza son muy malos...; aunque si te ha visitado un médico ya te lo habrá dicho. ¡Cuídate mucho, Fermín mío!
Al parecer, si querías regresar cuanto antes era para no perder ni una sola clase de las que estás recibiendo. ¿Tan fuerte te ha cogido lo de la recuperación? Según Mar estás hecho todo un empollón. ¡No sabes la alegría que me ha dado leer esas noticias sobre tu “fiebre” estudiosa! Eso quiere decir que, si todo te va bien en los exámenes de septiembre, el curso que viene aún podrás seguir en el Insti... ¡Ánimo! Estoy segura de que, te cueste o que te cueste, te vas a salir con la tuya, ¡con la nuestra!, y que vas a obligar a más de uno de esos profes bordes a que se traguen el haberte dado por imposible. ¡Menudo chasco se van a llevar cuando no les quede más remedio que aprobarte!
Mar también me dice que estás muy cambiado, que no pareces el mismo, y que cuando te vea no te voy a reconocer... La verdad es que no me dice nada nuevo, porque yo ya sabía que cuando a ti te diese la gana de ponerte a estudiar adelantarías una barbaridad; aunque en tus cartas, de momento, no se note mucho... Bueno, entre la primera y la tercera la verdad es que hay ya un verdadero abismo; de todos modos, aún me cuesta mucho entenderlas, porque tienes una letra que ya ya...
Pero lo que tú quieres saber, ya me lo imagino, es por qué he tardado tanto en escribirte, ¿verdad?
No es fácil empezar, ni sé muy bien tampoco por dónde hacerlo. En realidad no sé ni siquiera si debería escribirte o no... Casi estaba decidida a esperar hasta que nos viéramos allí. Pero como ya he empezado, ahora no puedo volverme atrás. Si dudaba era porque me asusta un poco escribirte ciertas cosas, luego las leerás, que no estoy muy segura de saber explicar. ¿Y si no me sé explicar? ¿Y si tú no me comprendes bien, o tomas una cosa por otra? ¡A ver quién te convence a ti, entonces, de que si aquí quería decir esto y allí lo otro! Siempre podrías restregarme esta carta por la cara y decir que no hay tu tía, que lo escrito escrito está y que no significa más que lo que significa. (…)
Ya sé que esto es un poco lioso, pero en el fondo lo único que significa es que tengo miedo: miedo de equivocarme, miedo de no saber explicarme.
Vaya por delante, Fermín, que yo te quiero, que yo te quiero muchísimo, y tú lo sabes. Pero los dos nos hemos dicho siempre también que habíamos de ser siempre sinceros el uno con el otro; que no teníamos que engañarnos, y que si algo cambiaba en alguno, en ti o en mí, nos lo teníamos que decir a las claras. ¡No te anticipes! No te voy a decir que ya no estoy enamorada de ti. Lo estoy, sí; pero lo que no sé es si lo seguiré estando.
(…)
Ya en las últimas ocasiones en las que estuvimos juntos, antes de venirme al pueblo, te darías cuenta de que estaba algo rara. En parte se debía a que no me apetecía separarme de ti tanto tiempo; pero también, y no sabía entonces por qué, porque tenía miedo de que nuestra separación nos pudiera afectar, ya te digo que sin saber de qué modo. Ahora mismo aún sería incapaz de decirte a qué se deben esas dudas que tengo sobre nosotros.
Yo estaba deseando recibir noticias tuyas. En realidad no hacía sino esperar con ansiedad, cada día, tu primera carta. ¡Y por fin llegó! No puedo negar que daba saltos de alegría cuando recogí el sobre. Luego corrí a mi habitación para encerrarme y leerla a solas, sin testigos; pero nada más acabar de hacerlo y a pesar de que tus expresiones cariñosas lograron emocionarme, me entró una tristeza que me dejó fatal: te vi como si lo hiciera a través de la ventana de mi cuarto, paseando en compañía de Manglano, y me pareció que no eras tú el mismo Fermín a quien yo quería, o que no sabía en realidad por qué te quería; te vi como a un extraño, y de repente tu carta se me volvió incomprensible, como si no supiera quién ni por qué me escribía...
Te recuerdo que estoy intentando ser sincera, y te repito que no saques conclusiones apresuradas, porque con eso sólo te harías daño a ti mismo y me lo harías a mí también.
Tenía la sensación, no sé..., como de verte como a un niño, empequeñecido, inmaduro...; aunque a lo mejor inmaduro no es la palabra. Yo esperaba la carta de un amante, pero había recibido la de un..., no sé cómo decirlo, de verdad..., en todo caso una carta distinta. Tú ya sabes que yo de cursi no tengo un pelo, o sea, que no te hagas a la idea de que esperaba una carta boba que fuera como un poema o tonterías así, no. Quizás esperaba una carta que aún no puedo recibir de ti, una carta en la que me hablases de nuestro futuro, de una aventura común en la vida... ¡Ni yo misma sé de qué hubiera querido que me hablases en esa carta! Lo que sí sé es que la imagen que me representé de ti, en compañía de Manglano, no era la imagen tuya que podía servirme para consolarme por tu ausencia...
En todo este tiempo he estado pensando mucho en nosotros, en ti, en mí, en nuestras conversaciones, en nuestros paseos, en nuestros..., en fin, ya sabes, y me he dado cuenta de que aparte de gustarnos, porque tú me gustas mucho, casi somos, el uno para el otro, unos desconocidos. Entiéndeme lo que te quiero decir: que no sé qué piensas o dejas de pensar sobre cualquier cosa, porque a ti siempre te ha dado pereza eso de pensar, y mucho más aún opinar, y todo se nos ha ido siempre en no oír yo sino lo mucho que me quieres, porque de ahí no te he logrado sacar nunca...
(…)
Antes me he callado que Mar también me ha dicho, en su carta, que tu cambio no tiene sólo que ver con lo de los estudios, sino que tú mismo, en tu modo de ser, habías cambiado una barbaridad. Me decía que ahora hasta la respetabas e incluso que no le extrañaría la posibilidad de acabar llegando a ser amiga tuya... Si lo que me dice es verdad, en vez de cambio, habría que hablar de metamorfosis, porque lo tuyo con tu hermana iba bastante más allá de la simple antipatía. También me ha alegrado leer esa noticia, claro; casi tanto como me ha sorprendido.
(…)
Ahora, ya ves, estoy deseando regresar para saber qué Fermín me voy a encontrar... En cierta manera es un estupendo aliciente:¡quién sabe si haré en descubrimiento de mi vida! ¡Igual eres un tesoro que se ha mantenido oculto bajo la indiferencia tuya por todo lo que te rodea, y a lo mejor ahora logro por fin descubrir cuál es tu verdadera personalidad...!
Tienes que reconocerme, Fermín, que tú no eres una persona a la que se pueda conocer con facilidad... En el fondo, no lo sé, igual es que has tratado siempre de disfrazar tu inseguridad con una postura desafiante..., pero si es ese el caso, ése es también el mejor camino hacia el fracaso...
Muchas veces me has gastado bromas con mi apellido, y yo te las he reído, pero incluso en eso he pensado durante este mes que llevo aquí. Hasta he llegado a pensar, fíjate tú, que yo tengo alguna responsabilidad, ¡no en llamarme como me llamo, claro!, sino en que yo para ti haya sido un espejo mudo que se complacía incluso con la imagen que en él se reflejaba y la animaba para que siguiera siendo así, para que no cambiara...¡Ojalá en vez de llamarme Espejo me llamara Ventana!, porque así mirarías a través de ella y me verías a mí..., ¡que a lo mejor también tú has de descubrirme a mí!
Ya sé que me estoy liando, y que también te estoy liando a ti, que quizá no debería haberte dicho nada hasta que nos hubiésemos visto, ¡pero me hubiera sido tan difícil decírtelo de viva voz, cerca de ti, abrazada a ti!
(…)
Mar me decía también que ha sido tu profe particular el que te ha hecho cambiar. ¿Es verdad? ¡Muy particular, desde luego, habría de ser ese profe para conseguir que tú no le vieras de entrada como a un enemigo! No digo que no sea así, por supuesto, pero no me hago a la idea de que, obligado como estás ha recibir esas clases, hayas acabado llevándote bien con él...Pero yo de ti me espero cualquier cosa..., ¡buena, claro!
Aunque no te lo creas, no me lo he pasado muy bien aquí sobre todo porque no he dejado ni un momento de pensar en nosotros y en todas estas cosas de las que te estoy hablando. Claro que he salido, y he ido a bailes, y he hecho excursiones y todo eso, pero lo que tenía dentro, esta confusión constante, me ha impedido disfrutar con libertad.
Al final, con quien mejor me he llevado, ¡imagina qué casualidad!, ha sido con un primo de Alcaraz, sí, de Casto Alcaraz, uno de tu clase que también era repetidor como tú; ése que te caía tan mal. Este primo suyo es mayor que él, porque ya está en la Universidad, estudiando Psicología. Se llama Gabriel... ¡A que ya estás pensando mal! Pues te cuelas de lo lindo, listo, porque a mí me da la espina que es un poco afeminado, no digo que sea marica, porque no lo sé ni me importa, pero lo cierto es que a mí, por ejemplo, no se me ha insinuado, ni, que yo sepa, a ninguna de las amigas que tengo por aquí... Por mí, ya te digo, puede ser lo que le dé la gana; si te lo menciono es para que no te montes una película de cuernos-ficción...
Yo he simpatizado con él en seguida, y hemos tenido largas conversaciones, que con él da gusto hablar, de todo, de cualquier cosa... Al principio no me hacía mucho caso. No sé, me vería muy cría aún, o algo así. Pero luego nos dimos cuenta de que nos entendíamos muy bien, y casi siempre acabábamos los dos charla que te charla al margen de los demás. “¡Ni que hubierais comido lengua!”, solían decirnos. Y yo es que, la verdad, no me cansaba de hablar con él. No te preocupes, porque de ti era de lo único que no le hablaba. Con Gabriel, que ya sé que rabias porque te lo diga, pues hablaba de todo: de las películas que hemos visto, de lo que nos parece esta sociedad nuestra, del mundo, de la religión, de la relación con los padres, de nuestras esperanzas para el futuro, de libros, de música, ¡hasta de sueños!, ¡qué sé yo!, de todo, ya te digo. Y lo que más me gusta de él es que sabe escuchar y que realmente se interesa por lo que le estás contando, aunque a mí a veces me daba la impresión de que yo no decía sino tonterías...
En fin, que hay un abismo entre tratar con él y tratar, por ejemplo, con muchos de esos bestias del Insti, que van de pavos machotes por la vida, como si el mundo se acabara en las motos, el deporte, los músculos, la cerveza, el dinero (…)
Como estudia Psicología, yo trataba de sonsacarle para que me explicara cómo se puede conocer a las personas, pero él nunca quería hablar de ello. Le daba corte, decía, porque estaba empezando y no quería confundirme, ni tampoco le agradaba eso de pasar por “enteradillo”. Me ha dicho que sin dudad se aprende más psicología, y a conocer mejor a los demás, leyendo novelas, viendo películas, o simplemente hablando con los amigos, por ejemplo...; y que todo consiste en saber ser receptivos, en estar abiertos a lo que nos llega de fuera.
Bueno, no quiero aburrirte, ¡ni encelarte!, con esta historia de lo único interesante que he vivido desde que llegué aquí. Pero me parece que este verano, a pesar de todo, lo recordaré siempre porque, por primera vez en mi vida, creo que he logrado hacer un amigo. ¡Claro que a ti no te incluyo, tonto! Lo tuyo y lo mío es muy distinto. Dicen que es imposible que haya esa relación de amistad entre dos personas de distinto sexo, pero después de haber conocido a Gabriel creo que es más que posible. Lo que me gustaría, en realidad, es que tú también lo conocieras, aunque no sé yo si tú... ¡Pues que seguro que estás leyendo estas líneas con la boca torcida, el ceño fruncido y dando algún que otro bufido de gato asustado, o peleón...!¡Y ya sabes cómo me gusta a mí esa carita de gato enfurruñado que se te pone a veces!
Antes de ponerme a escribirte estuve dudando si hacerlo o si llamarte por teléfono, que fue mi primera intención. Si te hubiera llamado, no te habría contado todo lo que ahora te he dicho, claro, y en el fondo lo que deseaba era contártelo; por eso, aunque tardara más la carta, me decidí a escribirte. Incluso ahora, que ya estoy acabando, aún no sé si romperla y bajar a llamarte. En cierto modo tenía miedo de hablar contigo, miedo de que me notaras extraña y de que, por ser una conferencia, no tuviera tiempo para explicarme como ahora lo he hecho. Estoy segura de que me comprenderás, ¿verdad?, quizá no sea miedo la palabra, ¿te acuerdas de lo que te dije a principio de la carta?, pero ésa es la que me ha salido. Espero que tú no te quedes sólo en mis palabras, sino que vayas más allá de ellas, hacia lo que en realidad te he querido decir desde que la empecé, porque en aquel comienzo estaba ya este final, querido Fermín.
Tu Lloli.
El tesoro de Fermín Minar, de Dimas Mas
ENTRADA VIGÉSIMA
Sinceridad. f. Medicina amarga revestida con la más cruel de las cortesías.// s. No dejar nada por decir.
Querido Fermín:
¿Cómo estás? ¿Te has recuperado ya? Acabo de recibir una carta urgente de Mar en la que me cuenta lo que te ha pasado. ¡Menudo susto me he llevado, niño! Y además que tu hermana me lo ha contado de un modo que ya ya...; parecía que se recreaba en eso de describirte caído, con el cuello torcido, los ojos cerrados, ...¡a lo mejor para meterme el susto en el cuerpo! Y lo ha conseguido, ¡vaya que sí!, porque he ido saltando línea tras línea hasta encontrar donde pusiera que te encontrabas bien.
Ya con esa tranquilidad, volví a leer su carta para enterarme bien de lo que te había pasado. ¡No te puedes ni imaginar, aunque ya supiera que no había sido nada grave, la angustia con que he ido leyendo lo de tu caída y lo de todas esas horas que has estado sin conocimiento! ¿De verdad que ya estás bien? ¿Y cómo es que tú no has querido decirme nada? (…)
Lo que también me decía Mar, que el mismo día que te despertaste quisiste regresar a la ciudad con tu padre, me ha dejado muy preocupada: ¿de verdad de verdad que ya estás bien? Mira, niño, que los golpes en la cabeza son muy malos...; aunque si te ha visitado un médico ya te lo habrá dicho. ¡Cuídate mucho, Fermín mío!
Al parecer, si querías regresar cuanto antes era para no perder ni una sola clase de las que estás recibiendo. ¿Tan fuerte te ha cogido lo de la recuperación? Según Mar estás hecho todo un empollón. ¡No sabes la alegría que me ha dado leer esas noticias sobre tu “fiebre” estudiosa! Eso quiere decir que, si todo te va bien en los exámenes de septiembre, el curso que viene aún podrás seguir en el Insti... ¡Ánimo! Estoy segura de que, te cueste o que te cueste, te vas a salir con la tuya, ¡con la nuestra!, y que vas a obligar a más de uno de esos profes bordes a que se traguen el haberte dado por imposible. ¡Menudo chasco se van a llevar cuando no les quede más remedio que aprobarte!
Mar también me dice que estás muy cambiado, que no pareces el mismo, y que cuando te vea no te voy a reconocer... La verdad es que no me dice nada nuevo, porque yo ya sabía que cuando a ti te diese la gana de ponerte a estudiar adelantarías una barbaridad; aunque en tus cartas, de momento, no se note mucho... Bueno, entre la primera y la tercera la verdad es que hay ya un verdadero abismo; de todos modos, aún me cuesta mucho entenderlas, porque tienes una letra que ya ya...
Pero lo que tú quieres saber, ya me lo imagino, es por qué he tardado tanto en escribirte, ¿verdad?
No es fácil empezar, ni sé muy bien tampoco por dónde hacerlo. En realidad no sé ni siquiera si debería escribirte o no... Casi estaba decidida a esperar hasta que nos viéramos allí. Pero como ya he empezado, ahora no puedo volverme atrás. Si dudaba era porque me asusta un poco escribirte ciertas cosas, luego las leerás, que no estoy muy segura de saber explicar. ¿Y si no me sé explicar? ¿Y si tú no me comprendes bien, o tomas una cosa por otra? ¡A ver quién te convence a ti, entonces, de que si aquí quería decir esto y allí lo otro! Siempre podrías restregarme esta carta por la cara y decir que no hay tu tía, que lo escrito escrito está y que no significa más que lo que significa. (…)
Ya sé que esto es un poco lioso, pero en el fondo lo único que significa es que tengo miedo: miedo de equivocarme, miedo de no saber explicarme.
Vaya por delante, Fermín, que yo te quiero, que yo te quiero muchísimo, y tú lo sabes. Pero los dos nos hemos dicho siempre también que habíamos de ser siempre sinceros el uno con el otro; que no teníamos que engañarnos, y que si algo cambiaba en alguno, en ti o en mí, nos lo teníamos que decir a las claras. ¡No te anticipes! No te voy a decir que ya no estoy enamorada de ti. Lo estoy, sí; pero lo que no sé es si lo seguiré estando.
(…)
Ya en las últimas ocasiones en las que estuvimos juntos, antes de venirme al pueblo, te darías cuenta de que estaba algo rara. En parte se debía a que no me apetecía separarme de ti tanto tiempo; pero también, y no sabía entonces por qué, porque tenía miedo de que nuestra separación nos pudiera afectar, ya te digo que sin saber de qué modo. Ahora mismo aún sería incapaz de decirte a qué se deben esas dudas que tengo sobre nosotros.
Yo estaba deseando recibir noticias tuyas. En realidad no hacía sino esperar con ansiedad, cada día, tu primera carta. ¡Y por fin llegó! No puedo negar que daba saltos de alegría cuando recogí el sobre. Luego corrí a mi habitación para encerrarme y leerla a solas, sin testigos; pero nada más acabar de hacerlo y a pesar de que tus expresiones cariñosas lograron emocionarme, me entró una tristeza que me dejó fatal: te vi como si lo hiciera a través de la ventana de mi cuarto, paseando en compañía de Manglano, y me pareció que no eras tú el mismo Fermín a quien yo quería, o que no sabía en realidad por qué te quería; te vi como a un extraño, y de repente tu carta se me volvió incomprensible, como si no supiera quién ni por qué me escribía...
Te recuerdo que estoy intentando ser sincera, y te repito que no saques conclusiones apresuradas, porque con eso sólo te harías daño a ti mismo y me lo harías a mí también.
Tenía la sensación, no sé..., como de verte como a un niño, empequeñecido, inmaduro...; aunque a lo mejor inmaduro no es la palabra. Yo esperaba la carta de un amante, pero había recibido la de un..., no sé cómo decirlo, de verdad..., en todo caso una carta distinta. Tú ya sabes que yo de cursi no tengo un pelo, o sea, que no te hagas a la idea de que esperaba una carta boba que fuera como un poema o tonterías así, no. Quizás esperaba una carta que aún no puedo recibir de ti, una carta en la que me hablases de nuestro futuro, de una aventura común en la vida... ¡Ni yo misma sé de qué hubiera querido que me hablases en esa carta! Lo que sí sé es que la imagen que me representé de ti, en compañía de Manglano, no era la imagen tuya que podía servirme para consolarme por tu ausencia...
En todo este tiempo he estado pensando mucho en nosotros, en ti, en mí, en nuestras conversaciones, en nuestros paseos, en nuestros..., en fin, ya sabes, y me he dado cuenta de que aparte de gustarnos, porque tú me gustas mucho, casi somos, el uno para el otro, unos desconocidos. Entiéndeme lo que te quiero decir: que no sé qué piensas o dejas de pensar sobre cualquier cosa, porque a ti siempre te ha dado pereza eso de pensar, y mucho más aún opinar, y todo se nos ha ido siempre en no oír yo sino lo mucho que me quieres, porque de ahí no te he logrado sacar nunca...
(…)
Antes me he callado que Mar también me ha dicho, en su carta, que tu cambio no tiene sólo que ver con lo de los estudios, sino que tú mismo, en tu modo de ser, habías cambiado una barbaridad. Me decía que ahora hasta la respetabas e incluso que no le extrañaría la posibilidad de acabar llegando a ser amiga tuya... Si lo que me dice es verdad, en vez de cambio, habría que hablar de metamorfosis, porque lo tuyo con tu hermana iba bastante más allá de la simple antipatía. También me ha alegrado leer esa noticia, claro; casi tanto como me ha sorprendido.
(…)
Ahora, ya ves, estoy deseando regresar para saber qué Fermín me voy a encontrar... En cierta manera es un estupendo aliciente:¡quién sabe si haré en descubrimiento de mi vida! ¡Igual eres un tesoro que se ha mantenido oculto bajo la indiferencia tuya por todo lo que te rodea, y a lo mejor ahora logro por fin descubrir cuál es tu verdadera personalidad...!
Tienes que reconocerme, Fermín, que tú no eres una persona a la que se pueda conocer con facilidad... En el fondo, no lo sé, igual es que has tratado siempre de disfrazar tu inseguridad con una postura desafiante..., pero si es ese el caso, ése es también el mejor camino hacia el fracaso...
Muchas veces me has gastado bromas con mi apellido, y yo te las he reído, pero incluso en eso he pensado durante este mes que llevo aquí. Hasta he llegado a pensar, fíjate tú, que yo tengo alguna responsabilidad, ¡no en llamarme como me llamo, claro!, sino en que yo para ti haya sido un espejo mudo que se complacía incluso con la imagen que en él se reflejaba y la animaba para que siguiera siendo así, para que no cambiara...¡Ojalá en vez de llamarme Espejo me llamara Ventana!, porque así mirarías a través de ella y me verías a mí..., ¡que a lo mejor también tú has de descubrirme a mí!
Ya sé que me estoy liando, y que también te estoy liando a ti, que quizá no debería haberte dicho nada hasta que nos hubiésemos visto, ¡pero me hubiera sido tan difícil decírtelo de viva voz, cerca de ti, abrazada a ti!
(…)
Mar me decía también que ha sido tu profe particular el que te ha hecho cambiar. ¿Es verdad? ¡Muy particular, desde luego, habría de ser ese profe para conseguir que tú no le vieras de entrada como a un enemigo! No digo que no sea así, por supuesto, pero no me hago a la idea de que, obligado como estás ha recibir esas clases, hayas acabado llevándote bien con él...Pero yo de ti me espero cualquier cosa..., ¡buena, claro!
Aunque no te lo creas, no me lo he pasado muy bien aquí sobre todo porque no he dejado ni un momento de pensar en nosotros y en todas estas cosas de las que te estoy hablando. Claro que he salido, y he ido a bailes, y he hecho excursiones y todo eso, pero lo que tenía dentro, esta confusión constante, me ha impedido disfrutar con libertad.
Al final, con quien mejor me he llevado, ¡imagina qué casualidad!, ha sido con un primo de Alcaraz, sí, de Casto Alcaraz, uno de tu clase que también era repetidor como tú; ése que te caía tan mal. Este primo suyo es mayor que él, porque ya está en la Universidad, estudiando Psicología. Se llama Gabriel... ¡A que ya estás pensando mal! Pues te cuelas de lo lindo, listo, porque a mí me da la espina que es un poco afeminado, no digo que sea marica, porque no lo sé ni me importa, pero lo cierto es que a mí, por ejemplo, no se me ha insinuado, ni, que yo sepa, a ninguna de las amigas que tengo por aquí... Por mí, ya te digo, puede ser lo que le dé la gana; si te lo menciono es para que no te montes una película de cuernos-ficción...
Yo he simpatizado con él en seguida, y hemos tenido largas conversaciones, que con él da gusto hablar, de todo, de cualquier cosa... Al principio no me hacía mucho caso. No sé, me vería muy cría aún, o algo así. Pero luego nos dimos cuenta de que nos entendíamos muy bien, y casi siempre acabábamos los dos charla que te charla al margen de los demás. “¡Ni que hubierais comido lengua!”, solían decirnos. Y yo es que, la verdad, no me cansaba de hablar con él. No te preocupes, porque de ti era de lo único que no le hablaba. Con Gabriel, que ya sé que rabias porque te lo diga, pues hablaba de todo: de las películas que hemos visto, de lo que nos parece esta sociedad nuestra, del mundo, de la religión, de la relación con los padres, de nuestras esperanzas para el futuro, de libros, de música, ¡hasta de sueños!, ¡qué sé yo!, de todo, ya te digo. Y lo que más me gusta de él es que sabe escuchar y que realmente se interesa por lo que le estás contando, aunque a mí a veces me daba la impresión de que yo no decía sino tonterías...
En fin, que hay un abismo entre tratar con él y tratar, por ejemplo, con muchos de esos bestias del Insti, que van de pavos machotes por la vida, como si el mundo se acabara en las motos, el deporte, los músculos, la cerveza, el dinero (…)
Como estudia Psicología, yo trataba de sonsacarle para que me explicara cómo se puede conocer a las personas, pero él nunca quería hablar de ello. Le daba corte, decía, porque estaba empezando y no quería confundirme, ni tampoco le agradaba eso de pasar por “enteradillo”. Me ha dicho que sin dudad se aprende más psicología, y a conocer mejor a los demás, leyendo novelas, viendo películas, o simplemente hablando con los amigos, por ejemplo...; y que todo consiste en saber ser receptivos, en estar abiertos a lo que nos llega de fuera.
Bueno, no quiero aburrirte, ¡ni encelarte!, con esta historia de lo único interesante que he vivido desde que llegué aquí. Pero me parece que este verano, a pesar de todo, lo recordaré siempre porque, por primera vez en mi vida, creo que he logrado hacer un amigo. ¡Claro que a ti no te incluyo, tonto! Lo tuyo y lo mío es muy distinto. Dicen que es imposible que haya esa relación de amistad entre dos personas de distinto sexo, pero después de haber conocido a Gabriel creo que es más que posible. Lo que me gustaría, en realidad, es que tú también lo conocieras, aunque no sé yo si tú... ¡Pues que seguro que estás leyendo estas líneas con la boca torcida, el ceño fruncido y dando algún que otro bufido de gato asustado, o peleón...!¡Y ya sabes cómo me gusta a mí esa carita de gato enfurruñado que se te pone a veces!
Antes de ponerme a escribirte estuve dudando si hacerlo o si llamarte por teléfono, que fue mi primera intención. Si te hubiera llamado, no te habría contado todo lo que ahora te he dicho, claro, y en el fondo lo que deseaba era contártelo; por eso, aunque tardara más la carta, me decidí a escribirte. Incluso ahora, que ya estoy acabando, aún no sé si romperla y bajar a llamarte. En cierto modo tenía miedo de hablar contigo, miedo de que me notaras extraña y de que, por ser una conferencia, no tuviera tiempo para explicarme como ahora lo he hecho. Estoy segura de que me comprenderás, ¿verdad?, quizá no sea miedo la palabra, ¿te acuerdas de lo que te dije a principio de la carta?, pero ésa es la que me ha salido. Espero que tú no te quedes sólo en mis palabras, sino que vayas más allá de ellas, hacia lo que en realidad te he querido decir desde que la empecé, porque en aquel comienzo estaba ya este final, querido Fermín.
Tu Lloli.
Envía tus productos al correo de la profesora y en una presentación y con título tanto en la presentación como en el destinatario del mensaje.
Fecha de entrega 18 de diciembre.
Fecha de entrega 18 de diciembre.
TEMA: ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA
1.- Lee la siguiente información y realiza un cuadro sinóptico con la información.
2.- Posteriormente realiza un tríptico sobre el tema y con ejemplos de tipos de texto de divulgación científica, recuerda que un tríptico debe llevar imágenes, ejemplos y la información más relevante, observa el ejemplo.
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